lunes, diciembre 31, 2007

EL FULBO LLEGO A LA DIPLOMACIA


El benfamín Jorgito, ni un pelo de tonto
LOS YOMA SON UN POLIRRUBRO


Cosa de despedir el año como se debe, de México DF llegó la buena nueva que Jorge Yoma, el menemista arrepentido que se pasó al kirchnerismo, actualmente embajador en la tierra de los cuates, ha decidido abrir una nueva sucursal y se va a decir a la transa de jugadores. Ocurre que para el astuto hombre de sangre árabe por allí hay una tirria de aquellas contra los dirigentes argentinos y sus manos del ganado de dos pies y River y el Cholo Simeone necesitan a Sebastián Abreu, (a) El Loco, un uruguayo que supiera tener su cuarto de hora en San Lorenzo hace unos años.


Como México es un país altamente subdesarrollado y el fulbo está mezclado con la política, los que traban la transacción del glorioso retorno del yoruga a La Banda de Aguilar e Israel son altos hombres de gobierno y de la diplomacia, por lo que decidió tomar cartas en el asunto y también, de paso, como son varios los casos, hacer de todo un paquete e interponer sus buenos oficios patriotas y mejorar las relaciones, que para eso están los diplomáticos. ¿O no?


No es el único vínculo Fulbo-Yoma, un clan que ha tenido intensas actividades fundamentales en la vida argentina, como la secretaría privada del Chango de Anillaco, darle en 24 horas el pasaporte nacional al traficante de todo Monzer Al Kazar y el tráfico de armas, entre otras cosas. Por ejemplo, Emir, no el más lindo ni el más simpático, cuya secretaria privada Lourdes terminó suicidándose después de hablar demasiado y de ser la mujer de Mariano Cúneo Libarona, el abogado que empezó su rutilante carrera intengrando este staff, tiene una impresionante residente en La Brava, la famosa playa de Punta del Este, a metros de donde levantó su ranchito don Julio Humberto Grondona, el califa de la AFA. Refresco viene, chapuzón va, los dos se asociaron en varios proyectos inmobiliarios de envergadura en la Reina del Plata. Además, Emir ha sabido tener otros papeles rutilantes como el famoso Yomagate o Swiftgate, de donde tuvieron que bajarlo de un hondazo porque el Departamento de Estado se lo quería comer crudo. Un noble italiano, a cargo de una tradicional y más noble corporación italiana, a cargo de las más nobles tareas que un italiano noble puede tener en estos casos desde el primer peronismo, tuvo la suerte de tratar con Emir ni bien su cuñado se estaba terminando de calzar la banda presidencial: "Nunca en vida había visto una cosa igual", dijo el itálico con noble. "Es insaciable."


Y ahora, nada de pantaloncitos cortos y el acre olor del aceite verde, ha hecho ingreso al fiel Jorge, el que parecía el más díscolo frente a los designios clánicos, el de jugarla solo y por las puntas, ex diputado y senador, tanto da con su ex cuñado como en contra de su ex cuñado, para finalmente alinearse en el 2003 con el santacruceño en el rejunte que se produjo para ponerlo en la Casa Rosada con el 22,7% de los votos y el país ya casi en llamas.


La noticia, para que se vaya el 2007 donde la nota relevante fue el asentamiento de un matrimonio de la gloriosa JotaPe como algo así de una aristocracia plebeya con carteras Louis Vuitton como signos de status para dejar atrás delirios como Perón-Evita, la Patria Socialista, es que el embajador Jorge Yoma ha ingresado a los negocios del fulbo con el placet azteca y del Palacio San Martín.


Y ahora entra en la cancha Jorge, el que parecía el más díscolo con los designios clánicos, ex diputado y senador, alineado junto al santacruceño en el rejunte que hizo para llegar hasta la Casa Rosada.


El rubro fulbo, en manos de un turco, con el cargo de embajador y justo en la sede de Televisa de los Canosa apunta como una jugada más que jugosa. Si no sonara medio groncho, un bife chorizo a punto de la política con la billetera o la billetera de la política, el orden de los factores no altera el producto.