viernes, septiembre 01, 2006

MILLONARIOS ERAN LOS DE ANTES

Aspecto que va a ofrecer pronto el Monumental de Nuñez con su nueva marca en el orillo para las jornadas de gala de Futsal.

TODO VA MEJOR

El Club Atlético River Plate, fundado en 1901 por el padre del fútbol argentino, el escocés Alexander Watson Hutton, con jóvenes masones de la burguesía boquense y origen español y judío, después de haber figurado quinto en el orden mundial de estas instituciones, está en la lona. Se encuentra a punto de vender la marca y el nombre del estadio para salvarse de la bancarrota total. Coca-Cola le ha ofrecido 40 millones de dólares para ponerle su nombre al Monumental que lleva por ahora el nombre de Antonio Vespucio Liberti, el dirigente que por los '30, con generosos dineros oficiales, por supuesto, lo hizo levantar en terrenos bajos rellenos con basura.

Con la forma original de una herradura con la boca abierta hacia la isla Martín García, la pésima disposición por planos de ingenieros diplomados de sus escaleras a la segunda planta con acceso por la avenida Figueroa Alcorta agravó las dos masacres mayores del fútbol argentino, en 1944 y 1968, que recaudaron un total de 80 víctimas, todas pertenecientes al público visitante, como corresoonde. El bill de indemnidad de que goza el fútbol hizo que nunca la Municipalidad, hasta el día de hoy, inspeccionara los errores por la vista gorda hecha a los planos originales. Habían dispuesto, por fin, hacerlo el 25 de junio de 1968, casi un cuarto de siglo después, pero a la policía y los bosteros se les dio por hacer la masacre de la Puerta 12 y la suspendieron hasta nuevo aviso. La milicada del Proceso le tuvo que adosar de prepo unos caracoles para que la FIFA le diera el V°B° para ser la sede de apertura y cierre del Mundial 78.


Sobrepasados siempre de gastos con respecto a los ingresos, de manera tal que dirigentes, jugadores y técnicos rellenen sus faltriqueras, ahora está tocando fondo y si sigue así va a terminar en otro megashopping, al estilo San Lorenzo de Almagro, pero cerca de la costa, mucho mejor ubicado. Por los '90, cuando su actual presidente formaba parte de la comisión que presidía Alfredo Dávicce, no tuvieron mejor idea que abrirse a la generosa enseñanza privada argentina y poner la primer Escuela para Dirigentes del Fútbol, una tecnicatura terciaria de tres años de duración, para no se sabe enseñarles qué a quiénes. El propio Aguilar fue un egresado de la primer promoción. No parece ser un buen argumento publicitario si pensamos en el nivel intelectual de los que todavía están adentro y lo poco y nada que todavía les queda por fundir. Aparte, el objetivo era formar gerenciadores para los clubes chicos y acaparar ideológicamente buena parte de la conducción pro vaciamiento total del fútbol argentino y enriquecimiento de la actividad privada. En una de esas, sería mejor que la cierren y reabran con la especialidad en cartoneo.

Los millonarios que se ganaron ese mote por haber pagado el primer palo en moneda nacional para comprar al artillero Bernabé Ferreyra hoy no tienen ni para comprar al contado un matagatos y exportan a su barra brava, Los Borrachos del Tablón, al Mundial 2006 de Alemania. Lo hemos dicho y repetido. No nos cansaremos de hacerlo: desde fines de los '50, gracias a la implantación de la entonces llamada economía de mercado en el fútbol, papel en el que fue figura rutilante y pionera justamente Liberti, la pasión de multitudes le viene marcando el paso de lo que le va a pasar poco después al país. Y no se curan. Mucho menos aprenden. Con un Estadio Unico al pedo en La Plata, Macri quiere resucitar los fracasos de La Candela y la Ciudad Deportiva levantando otro en la Capital Federal y por Boedo el pedo futbolero quiere traer de nuevo el Gasómetro a donde está Carrefour.

¡S.O.S.!