Al arquerito marroquí marroquí Khalid Askri, del FAR Rabat, lo mandaron urgente a un curso intensivo sobre inercia. El señor juez del encuentro si el reglamento que leyó estaba en arameo. Y al protestón que pateó el penal en dos tiempos que esas cosas, no se dicen, mijito, hay que cuidar el vocabulario, carajo. Ahora, si al salame del portero, que no sabemos cómo se dice en árabe, se manda otra, es como para mandarlo a que les haga el relevo a los 33 mineros chilenos. Y hombre fiel a sus principios se lo mandó nomás. También a mudar, tiró la camiseta y los guantes a la mierda, a casita que llueve. No te lo pierdas. Es solamente un clic.