jueves, septiembre 02, 2010

POR LA RETAGUARDIA, NO, MACHO

ESTO NO ES DE HOMBRES
A Yann Lemaire (foto) se la dieron por el... No, pará empecemos de vuelta, tantos siglos de machismo y homofobia disimulada hacen trampas. A este ciudadano francés, entonces, un poquito mejor, de 28 años, desde hace bastante jugador de un club de Chooz, en la zona de las Ardenas, obviamente defensor, le rechazaron su ingreso a la liga por comerse...
Otra vez. Sorry. Le sacaron tarjeta roja por mirarla con cariño o en los corners tomar a su marca como si fueran a casarse, criterio que si se aplicara en la AFA nos quedamos sin jugadores. Ya el año pasado había tenido problemas porque un rival, para colmo adelante de las cámaras de tevé, fuente de toda razón y justicia, no le dijo de todo: le dijo una sola y aludía al contrafrente.
Vilipendiado, tocado en su ego y en otra parte, Yann abandonó el club. Este año, cuando quiso volver, ni siquiera lo insultaron. Directamente no lo dejaron anotarse. Ahora la cosa va a seguir con litigios contra la discriminación, vía ministerial, y también parece que va a intervenir la París Foot Gay, que es de lo más ortodoxa y enculada que hay, ya que no permite que ningún periodista diga que uno de sus afiliados, en una final o partido cualunque, fue para atrás.
La cosa está que arde. Esperemos que no siente precedente. Si por estos lares se saca a relucir a todos los caretas que tienen la polaridad cambiada el griterío se va a escuchar hasta en la Base Marambio. Machotes de pelo en pecho y en otras partes de la humanidad, que como marcadores de punta pegaban que le hacía al otro doler hasta las encías, pero una vez bañaditos y cambiados, fueran del estadio, eran un amor de mimosos. Jugadores de los dos clubes grandes fueron pescados no precisamente en orsai, uno boca abajo, como mariposa de entomólogo, y el otro entre la arboleda de la autopista a Ezeiza, en un concierto de clarinete sin orquesta que como el fútbol argentino es una patente de corso, impunidad para todo el mundo, no pasó de un chimento a media voz. La lista no permite excusas con ídolos venerados. Y si se rumbea para el lado de la pedofilia, perdón por la falta de imaginación y lo soez, pero es al pedo: van a caer muñecos varios. Uno de estos libracos de investigación que están de moda hoy día podría intitularse La soledad de los vestuarios o Abajo de las duchas. Títulos equívocos como Centros a la olla y otros, no, por zafios, de mal gusto. La cosa es que al pobre Yoann lo dejaron los ruleros puestos y sin dejarse calzar los botines por no caretear. Y encima son franceses. Mirá si nos vamos del fútbol y agarramos para el lado de la historia, con la cantidad de Luises con peluca que tienen...