ANTOLOGIA FANTASTICA
DE LA VIOLENCIA FUTBOLERA ARGENTINA
(Para temblar de risa hasta el escalofrío)
Baires, diciembre de 1995-Villa Gesell, febrero del 2005
Pretemporada con torneos de verano
Esta reedición, la primera en formato electrónico luego de dos en papel y una década de tiempo,ha sido corregida, aumentada, ampliada y corrugada. Sigue estando muy lejos de ser una recopilación exhaustiva de todos los disparates, desaguisados, tarzanadas, épicas de entrecasa y fin de semana, chifladuras, disparates. Locuras, en fin, que ocurren en el fútbol, empezando por el fútbol mismo. Sin embargo, a pesar del autor, algunas perlitas condensan con creces las buenas intenciones que desde un primer momento alimentaron la idea original como fue no dejar correr estos hechos como meramente folclóricos, estrambóticos, generalmente ubicados como estratégicas apostillas de las llamadas notas de color del periodismo tradicional.
Ahora sigue ocurriendo exactamente como al principio: recopiladas y sacadas de ese conTXT, reformuladas en lo posible con su propio jugo, sin el armazón y el corsé de una presumida sensatez, de un razonables sentido común y la moralina pequeño burguesa, siempre tranquilizante, que siempre presenta como excepcional y hasta simpático lo que es urticante desde el vamos por lo que trae detrás, no tarda en trastocar sonrisas. Los primeros pruritos pueden provenir de la creciente sospecha, de una casi inmediata certidumbre, que estos hechos surgen y habitan normalmente en las canchas de fútbol, vestuarios y alrededores. Más: lucen como sus habitantes naturales y lógicos. Sus protagonistas, presentados habitualmente casi como extraterrestres, por lo común como monstruosos o por lo menos como deformaciones del argentinito correctito que debería ser, es más incómodamente emblemático de una mayoría mucho más creciente de lo que podríamos creer.
Hace rato que ha sido dicho que por lo menos la arena deportiva es una realidad aparte, una pararealidad. Pero esta antología no se ha hecho para teorizar, menos para comprobar una hipótesis obvia. Porque lo deportivo, particularmente el fútbol, desde hace mucho, más que una realidad con andarivel propio es su representación escénica y lúdica. Por cierto que lo habitual es que sea registrada con otros parámetros y cánones. Pero que a las gordas siempre les sobre un rollo o dos del corsé también es algo muy antiguo. Tal vez antiguo que correr atrás de una pelota y todos los demonios que esto desata y también echa a correr, desaforados, más allá de los límites de la línea de cal.
De eso se trata. Así que si por un lado se ha tratado de hacer todo lo posible para evitar la sangre, sobre todo la muerte, lo que sigue está contado con la dinámica que ese otro mundo, absolutamente vigente y representativo, tiene. Despojado de quejiditos, carraspeos y otras castraciones que nos tranquilicen y nos hagan creer que el apretujamiento diario en un colectivo y las tiranías infames que rigen el famélico mundo de lo laboral que sobrevive es realmente la normalidad que debemos cultivar y la racionalidad a la que debemos mantener entronizada, aparte de adorarla como corresponde a buenos feligreses que de vez en cuando pueden darse el lujo de pecar con algún pensamiento que aunque sea la permita una visión fugaz de lo que es tan tentadoramente prohibido como aparentemente sancionado cuando en realidad está subvencionado como parte indispensable de uno de los tantos suculentos negocios nuestros de cada día. [AR]