El populismo tiene ese no sé qué, ¿vistes?, de un lado está Boca, del otro el Colo, y en el medio la cordillera... El presidente Piñera ya lo había anunciado como una gracia e incluso, como se ratifica en el video que está abajo, el que ganaba iba a La Moneda y el que perdía, a la mina, bah, a la pobreza, a la muerte. O a la gloria de las fotos y la tevé, si se quiere ver de otro modo. Al final el lunes 25, ayer, se dieron el gusto. Después de las formalidades en el palacio de gobierno, las formalidades de los discursos y demás, se fueron para el Estadio Nacional, de no muy grato recuerdo en el inconciente colectivo chileno, latinoamericano y humano, jugaron una pichanga (traducción simultánea: picadito) de 16 contra 16 no muy reglamentario y mientras en el PT iban ganando los mineros 2 a 0, con un golazo de tiro libre de Franklin Lobos, el ex Mortero Mágico, en el ST el poder se afianzó en todas sus líneas y ganó 3 a 2. Se olvidaron de redondear lo circense y empatar 3 a 3 y se volvía a formar el número mágico 33, que tenían todos en la espalda. Bueno, pero no todo es perfecto. Ahora vean el video, y lo van a escuchar a Catrasca Piñera mandarse el enésimo acto fallido de los últimos tiempos cuando dice sin pelos en la lengua que se tienen que volver a la mina y él a rescatarlos. ¿Quién te hace los libretos, Sebastián? ¿La Concertación o Marquitos Onami? Don Marcos Gómez, el más veterano, con 64 pirulos y los pulmones llenos de tierra, como le dicen a la fibrilosis que los ataca por el polvillo que se respira allá abajo, dice con una resignación no muy convincente: "Perdimos", y enarca las cejas. "Vamos a tener que volver a la mina." Así es el fulbo, hermano: parece la vida, parece, y uno siempre tiene la ilusión de ganar, por eso fascina tanto.