El lugar común trillaba, hasta la llegada del neoliberalismo, el cambio de clima y demás, que los deportistas tenían corazón de toro. Nada más lejos de las cardiopatías que practicar deportes y mantenerse en estado. No fue el caso del pobre Luis García, en el último partido de la Unión Deportes Salamanca contra el Real Betis, cuando venía caminando lo más bien y le vino el patatús. Chau, fútbol. Le pegó en el poste esta vez.