Ayer, en la bodega de un avión de la
South African Airways, 109 días después de su deceso en un hospital privado de
Ciudad del Cabo, donde murió de un descompensación cardíaca luego del 4 a 0 con que Alemania despachó al seleccionado argentino del
Mundial 2010 de Sudáfrica, llegó el cadáver muy descompuesto de
Luis Forlenza, el chapista de Villa Ballester integrante del destacamento
Lomas de
La 12. El incidente que ponía un broche de oro a un hecho desagradable desde donde se lo mire ya había sido advertido antes de la partida en origen y se debió a un rotura en la cadena de frío. El costo del traslado, que tendría que haber sido de 5340 dólares, al final se lo dejaron en 1900, pero como comentó Vanesa Forlenza, la empleada de supermercado hija del barrabrava boquense,
"esto no lo puedo aceptar, quería ver a mi papá, ver si era él y ahora más que seguro que no podré hacerlo."
Forlenza había sido parte del contingente de casi 300 barras que charteó paraoficialmente Marcelo Mallo, de
Hinchadas Unidas Argentinas, un cuadro quilmeño ligado a Aníbal Fernández y que responde a Rudy Ulloa, de
Compromiso K, facción que tracciona a Alicia Kirchner. La ONG se catapultó para volver a insertar a los díscolos, formarlos como nuevos líderes sociales (sic) y alquilaron a 3 mil dólares mensuales una mansión en Balvanera para sede social, sacaron un número de una revista a todo color y llamaron a una reunión para proponerse como
acomodadores de público en los partidos y mostrar que son útiles. En el montón, anduvieron con Damián Fariña, un ex funcionario de la municipalidad de Florencio Varela, también barrabrava y pata de Cristian Favale, el que ahora aparece acusado y perseguido, para llevarlo con buenas pilchas y tarjetas a peñas kirchneristas con ministros y todo, sacarse fotos, subirlas a
Facebook, etc., tal como hizo público un diario zonal de ese partido del GBA.
Ver en detalle la currícula.
Como es más que obvio, ayer, en Ezeiza, no estaba ninguno y Forlenza, que ya había arrancado viudo, se encontró encima más solo que nunca y un estado orgánico no recomendable para estómagos débiles. Para colmo, el país andaba de festejos al uso nosotro y sus colegas barrabravas, no justamente los de Boca, pero de otros equipos, con la cola entre las piernas por haber tenido que hacer un
free lance para
los muchachos de la
Unión Ferroviaria, pararles la mano para que tengan a los zurditos y una bala en el hígado terminó con la vida de
Mariano Esteban Ferreyra, de 23 años, militante del
Partido Obrero, y otra le perforó el cráneo a
Elsa Rodríguez, de 56, activista del
Polo Obrero, en una protesta por la asquerosa precarización del personal que es el gran negociado de la
Oligarquía Sindical. El país estaba convulsionado, el gobierno -para variar- asustado y 50 mil almas se movilizaron hasta la Plaza de Mayo para repudiar el enésimo asesinato.
En el
despulgue a cuatro manos, con Hugo Moyano a la cabeza, a José Pedraza de la UF lo dejaron solo y él mismo admitió que había que entregar a algún preso porque la mano está pesada contra el gobierno, sobre todo la prensa no le tiene mucha simpatía y había mucho video y muchas fotos.
Ver otras consecuencias posteriores de alcance nacional. Ya habían tirado al aire la presencia de barras de
Racing, Banfield y Lafferere, pero desde anoche oficializaron la identificación y presunta autoría de los disparos a
Cristian Favale, también conocido con los alias de
El Gordo o
El Tatuado, de
Defensa y Justicia, de Florencio Varela, donde tiene su residencia
Aníbal Fernández y un club con un historial bien particular y que no van a ventilar así vengan degollando, quien ya tiene orden de captura pero también padrinos. El ex marxista Pedraza encabeza la reprivatización del reestatizado ferrocarril, con su señora y Moyano de socios, se toma unos
días de relax en Río de Janeiro en hoteles sin desayuno a 400 dólares la noche, una residencia en Ramos Mejía de 700 mil dólares y el negocio de los
precarizados y otros que pueden empezar a hacer agua si el gobierno arruga ante la inminencia de las próximas elecciones. Las relaciones de la barra de
Defensa y Justicia con la flor y nata del justicialismo local tiene vieja data. Si ahora las fotos lo muestran con Amado Boudou, en realidad algunos nexos lo llevan a estar bajo el amparo del ex montonero
Carlos Kunkel, uno de los hombres malos del régimen y seleccionador desde la cámara del Consejo de la Magistratura, junto a la ex comunista Diana Conti.
Curioso este
capricho de la realidad, que a veces se ensaña en mostrar lo que casi todos no quieren ver, y que el mismo día en que, para decirlo de alguna manera, lo que quedaba de Forlenza era
repatriado, en el cementerio de Avellaneda enterraban al estudiante y activista Ferreyra y Favale andaba de
aguantadero en
aguantadero con la
yuta soplándole la nuca y un porvenir que si alguna vez cumplen con la ley escrita le espera una pensión a cargo del Estado de 8 a 25 años por
homicidio simple, en el caso que no le
carguen la romana con otros adicionales, aunque viene muy engorrosa la mano y se terminó entregando en una dependencia muy especial de la
Policía Federal, por consejo de su abogado, y asegurando que puede describir al verdadero tirador, que es de la UF, pero que no sabe ni nombre ni apellido, sólo el tatuaje de un
payaso en el brazo, idéntico a un capito de
La Guardia Imperial, al que justamente motejan
El Payaso.