
Los arqueros fueron los primeros en tirar la bronca. Después varios notables jugadores de campo llegaron a decir en voz baja que iban a pedir el auxilio de un adivino para ver dónde podía ir a parar lo que pateaban. Realizada con el noble propósito de mejorar la producción de goles y las recaudaciones en concepto de todo tipo, más se presta para un prototipo de F1 por la velocidad que alcanza. Eso sí, para cualquier lado, menos para el arco. Dicho de otro modo, para dar sólo un ejemplo, de haber encontrado el invento hace unos años atrás, Martín Palermo tendría menos goles que tío Enrique que no pudo pasar de la cuarta de Midland por tronco.
Los marketineros y analistas de motivación le pusieron el simpático nombre porque en zulú, el idioma oficial del lugar donde este fin de semana se termina la nueva edición del Mundial, significa celebrar [ver detalles en otra bitácora] y tiene los siete colores de las naciones que componen Sudáfrica y de los idiomas que se hablan, pero no, se pianta, así que Jabulani Mengueche posiblemente se llame el próximo modelo.