Estas claras muestras de conspiraciones antinacionales, como indirectamente lo dejó claro El Pelusa en la conferencia de prensa, cuando dijo que después del primer gol, a los tres minutos, cuando los de atrás se quedaron papando moscas, le dio las ideas a Alemania que Alemania no tenía y encima no tuvieron vergüenza y nos hicieron tres más. Eso nos pasa por ser buenos. Cuando se haga el Mundial en Barcelona y a Messi se le seque la pólvora, ya van a ver por qué es el mejor del mundo, quiénes somos y que no hay con qué darnos.
Mientras tanto, los del New York Times se pueden meter los elogios y las disculpas en el Wall St. Journal y dedicarse a temas serios como invadir países, como inflar de vuelta la burbuja hipotecaria y dejar el fulbo para la gente que sabe.
Que abrieron la boca justo un día antes, de casualidad, se lo van a hacer creer a serrucho, papá. Nos envidian.