Luis Nazário da Lima, (a) Ronaldo, fue uno de los más grandes astros del fútbol macaco y después se dedicó a engordar. También a darse otros gustiños. Regresado a su país de origen porque en Europa no hay presupuesto de restoranes que aguante ni pelota que alcance, así le quede a 50 cms. del pie, volvió a Brasil. Pero no al Flamengo que lo vio nacer, sino al paulista Corinthas, muy bien relacionado con la mafia rusa del fútbol globalizado. El gordito se estilizó y la entró a romper otra vez, pero a ritmo más lentos. Los años y la balanza se le notan al que otrora fuera un astro digno de contemplar. Ahora, los que no quieran saber nada son los cariocas del Flamengo. Ellos lo vieron nacer, lo hicieron, lo lanzaron al mundo y el traidor pega la vuelta por unos reales se va a jugar con la casaquiña de uno de los más odiados. Eso no se hace.
Como a fines de abril del año pasado en Río estuvo envuelto en un escándalo de aquellos en un motel, con tres travesaños (travestis, en la actual jerga joven), al parecer cuando uno de ellos exigió una suma sideral para no destapar los desacuerdos en la mecánica del encuentro, droga de por medio, cuando en agosto próximo el Corinthas tenga que ir a Río a jugar contra el Flamengo la torcido del que se considera con 35 millones de hinchas o clú mais grande do mondo, ha anunciado que prepara una vendeta nada carioca. Ya obtuvo el Sí, prometo de un centenar de colegas de las/los defraudados el año pasado y acompañarlo a ritmo do samba desde el aeropuerto al hotel.
La combinación de odio e ingenio no se pueden negar lo explosivo del resultado. Pero hay que ver si mantienen la promesa o la redoblan. Porque Andrea, que estuvo implicado en el asunto y salió acusado de intento de extorsión contra el astro, murió ayer de SIDA. ¿Sus colegas la honrarán con el silencio o multiplicarán la presencia del escándalo como venganza por incumplimiento de contrato?