Le picó fuerte a la petaquita. Frente a la sobriedad british que tradicionalmente lucieron los presidentes chilenos hasta que el fome de Eduardo Frei le dio por cholulear con la U, la urticaria nacional de que tienen que ganar a cualquier cosa hizo eclosión con la médica socialista que con ese andar marcial que tiene no se anduvo con chiquitas y todavía presidenta se fue hasta la concentración del seleccionado, alternó como si supiera y encima a la salida se despachó la cosa que la produce el DT, nada menos que El Loco Bielza por lo que ella considera irresistible en el sexo opuesto y que es una mezcla entre lo malevo y lo misterioso.
Hubo carraspeos. Gente grande, caramba. Casada. Con hijos. Los Bielza, que de normales tienen los ojos nomás, salió una hermana y le zampó con mi hermano no te metás por más presidenta que seas, y ahora, siempre sin remilgos, se apareció por Sudáfrica para darle como tarro a la vuvuzela.
Nuestros no malos, pésimos pensamientos, compensados por nuestra represión, nos impiden pensar lo que puede llegar a pasar si los trasandinos llegan a campeonar.
¡Rajá, Loco, que todavía estás a tiempo!