Ahora se saben que están vivos, falta un trecho duro, pero hay que distenderse y joder un poco si no al fulano no se le hubiera dado por pedir que le mandaran una pelota. Pará, che. Estamos hablando de Franklin Lobos, (a) El Mortero Mágico, un cuarto de siglo atrás goleador de Cobresal, La Serena, la U y hasta con la gloriosa tricolor. Sí, estamos hablando de uno de los 33 mineros que ahora están, desde el 5 de agosto a las 13:10, a 688 metros bajo tierra, en la actualmente y muy triste famosa mina San José, cerca de Copiapó.
Era el chofer del turno. Y cuando por fin el domingo último se conectaron con la superficie porque los alcanzaron con una sonda que taladró la montaña con una punta de diamante se hizo el gracioso y mandó a pedir una pelota. Jodé nomás y Adidas te manda una Jabulani, del último Mundial, y vas a encontrar que es más entretenido que para pasar las horas que faltan y volver a ver la luz del sol, mucho mejor te va resultar que te dediqués a patear las latitas de Gatorade que les están mandando por la deshidratación.
Fiera venganza la del tiempo, como dice el tango, Mortero. Te pusimos las tres fotos para verte ahora, un tanto veterano y pelado, en contraste como cuando eras una vara de mimbre, al decir del poeta, y acariciabas la globa. Teníamos otras actuales, donde estás un poquito tirando a embarazado, además, y las otras, cuando tallabas alto sobre el verde, con la gloriosa de la U y después vistiendo nada menos que la tricolor, la que llegan a ponerse los elegidos. Los que están ahora disfrutan la gloria y la guita, pero no se olvidaron del ex colega en la mala, lo que se dice en el descenso sin joda. Con el Loco Bielsa a la cabeza te mandaron una firmada por todos. Sí, claro, no te la vas a poder morfar con el hambre que tienen. Tampoco tomar. El desquite te espera cuando vuelvas a ascender, con los demás, con tantas cosas para contar y para olvidar.
No jodás más con hacerte el gracioso y pedir una pelota porque con todas las milagrerías que hicieron tus compatriotas desde arriba para localizarlos y alcanzarlos son capaces. No estaría mal figurar en el librito ése de las tarzanadas, el del Guinnes, pero armar una pichanga, como le dicen ahí a los picaditos, con el calor que hace, los hongos, los remezones y a oscuras, le van a tener que poner cascabeles a la pelota. Estamos de acuerdo: son 33 y da justo para un triangular doble KO, pero esperá un poquito y lo hacen arriba, en el Nacional, como vos te lo merecés por méritos propios pero los otros, cada cual en lo suyo, no lo hicieron mal, viejo, se nos inflamaron las agmídalas, te juro.
¡Vamos, Franklin! ¡Mortero viejo y peludo! Se trata de retener la pelota, que pase el tiempo y que el referí dé los tres pitazos finales. A nosotros no nos sale como a ustedes, pero lo mismo vale la pena intentarlo, viejo: Ce hache i, Chi, ele e, le... Chi chi chi...
Abrazos para vos y para todos. Hasta la vuelta no, viejo: hasta el ascenso otra vez a primera. ¿No te parece mejor? ¿Y olvidarse que van a salir enjaulados, izados como un paquete y cerrando los ojos sentir el ruido de los tapones contra el cemento y creyendo que es el túnel donde al final esta la garuma para estallar en el grito y tirar los papelitos?