lunes, agosto 14, 2006

FUTBOL DE ALTURA

Escudo oficial del Pueblo Peatonal de La Cumbrecita, Córdoba, RA.

LA LEÑA LA PUSIERON AL FINAL


Ayer, que fue el Día del Niño, en La Cumbrecita, el hasta hace no mucho edén exclusivo de refugiados nazis criminales de guerra que prohibían el acceso hasta de la policía argentina, a 1500 mts. de altura, arriba de la Villa General Belgrano, Córdoba, donde se refugiaron los náufragos del Graff Spee y en 1978 recibieron a la delegación oficial de la entonces República Federal Alemana al Mundial, en doble fila, brazos derechos en alto, cantando las viejas canciones, se disputó un singular campeonato de papy fútbol.


Para criollos, claro. Nada de germanos de raza superior. Y más: para peones de campo.


Como la globalización ha llegado y los alrededores no exclusivos del enclave germano han crecido, la población nativa también y con ella, la necesidad de entretenerse. Así que desde tempranito, con agua de los arroyitos, peinados a las cachetadas, chinitas pintadas y hasta algún despistado con celular que nunca falta, se juntaron en la Pampa de Achalay, un poquito antes de La Cumbrecita, en una canchita no justamente con césped del natural ni del sintético, sino piedra pura, a disputar un torneo organizado por la Sociedad de Fomento del lugar (argentina, claro) y disputaron partidazos varios para quedarse con los trofeos que había para los triunfadores y que eran los siguientes:

  1. PRIMER PREMIO. Un (1) ternero
  2. SEGUNDO PREMIO. Dos (2) corderos
  3. TERCER PREMIO. Un (1) cordero
Había premio consuelo para que nadie se quedara sin nada. Consistía en prender el fuego y destapar la damajuanas de un totín en damajuana que desde la etiqueta anunciaba una rescada de las pesadas. De todas formas, a poncho y por deporte en serio, será mejor que no se enteren ni los de Viamonte al 1300 ni los de la Direción de Turismo de Córdoba que son capaces de cualquier cosa para esquilmar a la gente.

Ya lo dijo el Cuchi Leguizamón, los peores enemigos de la cultura popular son el turismo y la DGI.
La AFA también hace lo suyo.